jueves, 17 de diciembre de 2009

Hace 179 años murió El Libertador

Tenía 47 años cuando dio el último suspiro, en Santa Marta, Colombia


El Libertador Simón Bolívar murió el 17 de diciembre de 1830.

El 17 de diciembre de 1830, a la una de la tarde, en la quinta San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta, en Colombia, murió el Libertador Simón Bolívar. Tenía 47 años, 4 meses y 23 días de edad.

El médico francés que lo trató durante su enfermedad, Alejandro Próspero Reverend, reveló que la muerte se produjo por tuberculosis, pero hoy día hay quienes aseguran que la complicación de Bolívar comenzó con una amibiasis que le atacó órganos vitales como el hígado y los pulmones. Aún se discute cuál fue el tratamiento suministrado para tratar de sanarlo.

El hombre grande de América murió solo y pobre, lejos de su país, al que amaba. En su testamento dejó clara su voluntad, "que después de mi fallecimiento, mis restos sean depositados en la ciudad de Caracas, en mi país natal".

Sabía que iba a morir. El 10 de diciembre escribió su última proclama, donde aspiraba a la consolidación de Colombia. "Sus últimos deseos los expresaba y el sacrificio de su existencia lo ofrecía, para recomendar el mantenimiento de la unión grancolombiana".

Allí hizo un llamado a los colombianos -se refería a la Gran Colombia-: "Colombianos: Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".

"Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabas de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credibilidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono".

Ese mismo día, el obispo de Santa Marta, José María Estévez, y el párroco de Mamatoco, Hermenegildo Barranco, le dieron los últimos auxilios religiosos

Sus restos fueron sepultados en la Iglesia Mayor de Santa Marta. Doce años después, en 1842, son exhumados y trasladados a la Catedral de Caracas, actos presididos por el general José Antonio Páez. Desde el Gobierno de Guzmán Blanco, el 28 de octubre de 1876, reposan en el Panteón Nacional, donde anualmente recibe honores por su destacada trayectoria.

¿Por qué se marchó a Colombia?

Según la historia, entre 1829 y 1830, los sueños de Simón Bolívar se desvanecen. La confederación grancolombiana o la andina, que estuvo a punto de consolidarse, debió posponerse ante otro tipo de problemas inmediatos.

En primer lugar, fuerzas del Perú invadieron el Ecuador, lucha que llevó casi todo un año. El general José Antonio Páez, desobediente y desleal, se le insubordinó. Es un hecho la separación de Venezuela de la Gran Colombia. Por la delicada situación se vio obligado a expulsar a Santander, uno de sus mejores aliados.

A comienzo de 1830, Bolívar regresó a Bogotá con intenciones de instalar un Congreso constituyente, pero no lo logró. Allí renunció irrevocablemente a sus sueños y decide irse lejos de Colombia, a las islas del Caribe o Europa. Más tarde pensó que bien valía la pena comenzar de nuevo y planifica un encuentro con sus leales en la costa colombiana, donde incluso se le informó que varios sectores del Ejército se levantaron en su favor, pero su enfermedad limitaba sus actuaciones.

A este panorama se sumó la noticia del asesinato, en Berruecos, de Antonio José de Sucre, a la edad de 35 años. Bolívar veía en él al único que podía sustituirlo.

La enfermedad lo acosa y decide aceptar la hospitalidad de Joaquín de Mier, un hidalgo español, que le ofrece su quinta para descansar y recuperarse. Allí pasa los últimos días de su vida y es donde muere, en casa ajena, sin ninguna riqueza, incluso con una camisa prestada por el general José Laureano Silva, un venezolano nacido en Tinaco, estado Cojedes.

Su presencia es eterna en el tiempo. En toda América se le reconoce por las batallas emprendidas para lograr la libertad de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá. Es el Padre de la Patria. Para toda Latinoamérica, su voz es mensaje y su figura es prototipo de las aspiraciones generosas.

Parte de su obra

Un recuento de su obra militar no encuentra similar en la historia de América. Participó en 427 combates, entre grandes y pequeños; dirigió 37 campañas, donde obtuvo 27 victorias, 8 fracasos y un resultado incierto.

El Libertador recorrió a caballo, a mula o a pie, cerca de 90 mil kilómetros, algo así como dos veces y media la vuelta al mundo por el Ecuador.

Escribió cerca de 10 mil cartas, según cálculo de su mejor estudioso, Vicente Lecuna; de ellas, se conocen 2.939 publicadas en los 13 tomos de los Escritos del Libertador; su correspondencia está incluida en los 34 tomos de las Memorias del general Florencio O'Leary.

Se suman, 189 proclamas, 21 mensajes, 14 manifiestos, 18 discursos y una breve biografía, la del general Sucre. Personalmente, o bajo su inspiración, se redactaron cuatro Constituciones, a saber: la Ley Fundamental del 17 de diciembre, creadora de Colombia (Angostura); la Constitución de Cúcuta (1821); el proyecto de Constitución para Bolivia (1825); y el decreto orgánico de la dictadura (1828).

Metas truncadas

Simón Bolívar, quien nació en Caracas, el 24 de julio de 1783, no tuvo tiempo para completar su obra magna: la unidad política de Latinoamérica.

Otras de sus metas, la liberación de Cuba y Puerto Rico, el apoyo a Argentina contra el imperio brasileño, la Confederación Andina (1825), la ayuda a la propia España para liberarse de los monarquistas (1826), no se consolidaron.

El Libertador anhelaba el establecimiento de una sociedad utópica, donde se logre «la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y de estabilidad política» (1819).

Fueron 20 años de intensa vida política, 7.538 días de actividad revolucionaria.
A partir de su misión diplomática a Londres (1810) y hasta su deceso en Santa Marta, casi no hubo día en que no redactara una carta o emitiera un decreto, o que recorriera 13 kilómetros diarios en promedio. (JLG) (Tomado de: www.efemeridesvenezolanas.com; www.simonbolivar.org)

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